Hola soy
Rocío Clavijo
Rocío Clavijo
Egresada en Educación infantil Pasantía en EEUU en PTCC afiliado a la Universidad de Harvard.
Fundadora de la Escuela del Alma
Yo Soy Rocío Clavijo, una mujer comprometida, apasionada y valiente, de 34 años. Madre de Alejandro (6 años), Terapeuta energética, coach en crianza consciente y Egresada en Educación Parvularia (infantil).
Soy amante del crecimiento y desarrollo personal, y una convencida de que todos/as poseemos nuestro propio poder y sabiduría para crear la vida que queremos. Esta certeza la encarné en el proceso de mi propia historia, cuando hace años comencé a mirarme en un camino de autoconocimiento y conexión auténtica con mi Ser. Por ello hoy me doy cuenta del profundo daño que nos hacemos cuando estamos desconectados de nosotros mismos, de quienes realmente somos y de qué es lo que realmente vinimos y queremos desarrollar en nuestras vidas.
En el año 2012 entré en una profunda crisis personal y vocacional. Realicé con éxito una práctica profesional en el extranjero, en mi vida todo se veía estable. Me encontraba en una relación de 8 años, con quién desde la adolescencia había sido mi pareja, y todo parecía marchar “sobre ruedas”. Sin embargo había un vacío en mí que no sabía como explicar, no me sentía a gusto en mi desempeño profesional e incluso comencé a sentir rechazo por la carrera de la cual me había sentido tan enamorada en un principio. Junto con ello mi relación de pareja se acabó y sentí que mi mundo se destruyó.
Todo comenzó a dar un giro, cuando comencé a contactar conmigo misma, con mi historia, con quién hasta ese minuto estaba siendo, descubriendo que me amaba muy poco y que había un sentido y un propósito por el cual todo en mi vida se había caído y por lo que ya no quería desempeñar mi rol laboral. Todo comenzó a calzar, y pese a todo el juicio familiar y social ( que fue duro y difícil de sostener) decidí soltar lo conocido y seguro, confiando en algo superior, en mi deseo, en la voz de mi alma que me decía a gritos que allí no quería seguir. Fue gracias a que me permití mirarme y comenzar a sanar asuntos pendientes desde mi infancia, que pude ir conectando con quién realmente era y quería ser. Cuando pude comenzar a relacionarme con mis padres desde otra mirada, desde nuevos espacios es cuando mi vida comenzó a expandirse. Me volví a enamorar, logré una relación donde me sentí más amada y respetada de lo que había sido en mi anterior relación y me convertí en madre.
Por eso hoy estoy aquí en la Escuela del Alma, pues quiero y siento el llamado a ayudar, junto a todo el equipo de la Escuela, a quienes desean cambiar sus paradigmas y con esto entregarse lo mejor a sí mismos y a sus hijos e hijas: la transformación personal a través de un camino de Consciencia, sanando generaciones y permitiéndose ser su mejor versión, llena de plenitud y felicidad.